Conversando en pareja, sobre cómo estuvo su día
Serie: Temas para conversar en pareja
¿Cómo se despide usted de su cónyuge al iniciar el día? Supongamos que uno de los cónyuges sale de casa rumbo a su trabajo temprano en la mañana y el otro se queda en casa, ¿cuál es la escena en el momento de despedirse? Algunas parejas que están molestas porque no han resuelto un problema, probablemente ni si quiera se despidan. Más bien, se hacen una mala mirada o un gesto de desprecio. Sin embargo, en los matrimonios saludables, una frase que se debe dar en ese momento es: ¡Qué tengas un bendecido día! ó ¡Qué te vaya muy bien! Un ejemplo bíblico en cuanto a desear bendiciones, lo encontramos en Números 6:24-26 donde leemos: "Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz". Este pasaje se conoce como la oración sacerdotal, ya que los sacerdotes usaban esta oración para bendecir al pueblo de Israel, pero no la usaban solamente en el templo, sino que la expresaban todos los días. Pensemos en esta oración y expliquemos las tres frases que la componen: “Jehová te bendiga, y te guarde”, es una frase que expresaba el deseo que Dios otorgara bendiciones materiales o abundantes cosechas sobre la persona, y que además, le guardara, cuidara o protegiera. “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia”, reflejaba por un lado de una forma poética el deseo que Dios mirará a la persona con agrado. Por otro lado, que Dios brindara misericordia u otorgara de su gracia. Es decir, contar con el favor divino. Finalmente, la frase “Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz", repite la idea anterior en cuanto a que Dios dirija su mirada hacia quien es bendecido y ponga su paz o Shalom, palabra que quiere decir “completo”. Significa “no tener necesidad de nada”, es gozar de bienestar en todas las áreas de la vida.
Le doy un consejo puntual: Comience bien el día con su cónyuge, deseándole toda clase de bendiciones a lo largo del día y al volverse a reunir al final del día, platiquen sobre cómo estuvo el día de cada uno. Tomen un tiempo diario para conversar, ya que después de Dios su familia es prioridad.