¿Cómo le hablo a mi pareja sobre mis preocupaciones?
Apreciado Orientador Familiar Víctor Súchite Vargas, dígame: ¿Cómo le digo a mi cónyuge cuáles son mis mayores preocupaciones?
Sin duda hay temas difíciles de hablar en pareja, aunque cuando la pareja ha llegado a un nivel de amor maduro, ningún tema es difícil de tratar. A muchas personas sin embargo, se les hace difícil compartirle a su pareja, aquello que les preocupa. Lo ideal es que seamos personas positivas, con fe y confianza en nosotros mismos y en Dios, no obstante, muchos tenemos preocupaciones o nos ocupamos mentalmente antes de tiempo en algunos asuntos. En Mateo 6:34 Jesús nos dice: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal”. Note que lo que Jesús subraya es la confianza que debemos tener en Dios. Por otro lado, vemos que la mayoría de afanes o preocupaciones de las personas, es por los asuntos del futuro. Se cuenta que en una oportunidad, la Muerte estaba caminando hacia una ciudad. Un hombre la detuvo y le preguntó: “¿Qué vas a hacer?”. La Muerte contestó: “Voy a matar a 10,000 personas”. El hombre reaccionó: “¡Eso es horrible!”. La Muerte le dijo: “Bueno, así es; pero a eso es a lo que yo me dedico”. De manera que, durante el día, el hombre le advirtió a todo el mundo del plan de la Muerte. En la noche volvió y se encontró con ella: “Dijiste que ibas a matar a 10,000 personas, pero 70,000 murieron”.
“Es cierto” dijo la Muerte. Yo maté solo 10,000 pero la ansiedad o preocupación mataron a los demás”. Esa es una gran realidad. Alguien dijo: “Las úlceras no son causadas tanto por lo que comemos, sino más bien, por lo que nos come a nosotros”. Las tensiones diarias pueden causarnos problemas muy serios. Por eso Jesús nos da razones de peso para no estar ansiosos y nos motiva a confiar en Dios. Le doy un consejo puntual: Hable con su pareja sobre aquello que le preocupa. El futuro de sus hijos por ejemplo, o su propio futuro, quedar desempleado, enfermarse, llegar a la vejez y no poder auto sostenerse económicamente, etc. Una vez, abra su corazón con su pareja, tómele de la mano y hablen juntos con Dios al respecto, para que les llene de su paz.