¿Cómo reparar los daños en las familias de nuestra iglesia?

Muchas bendiciones para usted, apreciado colega Víctor Súchite. Me dirijo a usted como colega, ya que yo también soy Pastor de una iglesia local. Mi pregunta es: ¿Cómo podemos reparar los múltiples daños que han sufrido las familias de nuestra iglesia?

Saludos cordiales apreciado compañero de milicia. ¿Está usted de acuerdo con el proverbio popular «más vale prevenir que lamentar» para que las iglesias lo apliquen pensando en las familias? Personalmente sí lo estoy. Ciertamente como dice el conocido refrán «más vale prevenir que lamentar» o «más vale prevenir que curar», puesto que Dios anhela que las familias sean estables, por lo tanto la iglesia debe apuntar a la estabilidad familiar. Pienso que para la iglesia es mejor la educación que la reparación. En una palabra, cuando la iglesia no educa a sus miembros para disfrutar de sanas relaciones familiares, tiene que verse en la penosa y difícil tarea de reparar los daños. En ese sentido, muy pocas iglesias tienen un ministerio para matrimonios debidamente establecido. Las razones por las que no brindan consejería matrimonial de carácter preventivo a las parejas ya casadas, se debe a que los mismos líderes no tienen una preparación adecuada o no han mostrado el interés necesario para iniciar un ministerio de este tipo. Otra razón importante, es que dan por sentado que los matrimonios son estables por el simple hecho de verles juntos cada semana en el templo. El proverbio bíblico que encontramos en Proverbios 22:3 dice: «El avisado ve el mal y se esconde; mas los simples pasan y reciben el daño». Aquí se nos habla de prever y ser prudentes. La iglesia avisada, prudente o sensata ve el mal o el peligro de sus familias y lo evita brindando educación. Por su parte, la iglesia simple o insensata, sigue adelante sin tomar medidas y recibe el daño.

Por lo tanto, mi consejo para usted como líder eclesial, es el siguiente: Sea consiente que el estado de los matrimonios y familias de sus iglesias, sería más saludable si brindará consejería matrimonial preventiva o si tuviera un ministerio que cuide de los matrimonios y familias. De manera que, dispónganse a brindar educación familiar para evitar la reparación de los daños en las familias que asisten a su iglesia. Capacítese en el área de la consejería, aproveche los recursos humanos capacitados con que cuenta en su iglesia e implemente un ministerio para el cuidado de los matrimonios y familias de su congregación.

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