Hijos pequeños problemas pequeños, hijos más grandes problemas grandes
Tengo esta inquietud apreciado Dr. Víctor Súchite: ¿Qué tan cierta es la frase «hijos pequeños problemas pequeños, hijos grandes problemas grandes?
Personalmente creo que no debemos subrayar la palabra problemas al pensar en nuestros hijos, menos aún, verlos a ellos como problemas. Ciertamente a medida que van creciendo, los retos para los padres son más grandes. Al bebé los cargamos en brazos, lo llevamos y lo traemos. Cuando comienza a caminar debemos tener el cuidado de estar pendientes que no se lastimen. A los tres años o antes llegan los berrinches. Cuando entran a la escuela, enfrentamos nuevos retos y cuando llegan a la adolescencia, llega el momento en que nos presentan al novio o novia, o peor aún, lo o la tienen a escondidas. Precisamente en la etapa de la adolescencia, los padres tienen nuevas preocupaciones: los lugares que frecuentan, los amigos con los que comparten el tiempo, la ropa que usan, etc., etc. De manera que sí, mientras más grandes los hijos, más grandes los retos de toda clase. La pregunta es: ¿Con qué actitud vamos a enfrentar dicho reto? En 1 Samuel 17:4 leemos: «Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo». ¿Cuánto entonces media Goliat? Un codo es igual 50 centímetros y un palmo es igual a 22.5 centímetros. Así que, su estatura era de 3 metros con 22 centímetros y medio. Por supuesto, muchas personas creen que nunca ha existido un ser humano de tremendo tamaño. Por lo tanto, analizan el relato desde el punto de vista médico, científico, teológico y arqueológico. Yo no voy a discutir si existió o no un hombre extremadamente alto como Goliat. La Biblia lo dice, la historia lo confirma y yo lo creo. El punto es que los soldados hebreos decían: Es imposible, no podemos vencerlo, es muy grandote, no podemos matarlo. David, pensó: Siendo tan grande es imposible fallar, lo mataré. Había dos actitudes muy distintas. De manera que usted que es padre o madre de un adolescente, no se esconda ante los retos grandes, los grandes desafíos deben gustarnos. Disfrute cada etapa de la crianza de sus hijos, con buena actitud y fe en Dios.